La elegancia del erizo

La elegancia del erizo de Muriel Barbery, editorial Seix Barral.

Este libro, que viene avalado por un gran éxito editorial en Francia, ahonda en una idea que hace tiempo me preocupa: ¿está mal visto ser inteligente?, ¿que te interese la cultura? ¿resulta pedante? Obviamente todo depende de la persona, pero sí es verdad que hay un cierto regusto en presentarse lo más desastre posible en todos los ámbitos y no sólo entre los adolescentes, que al final imitan lo que ven, sino también entre los adultos. Lo exquisito, lo refinado, en fin, lo culto, ¿resulta cursi?

Esto es al menos lo que sienten las dos protagonistas del libro: una ñiña rica determinada a suicidarse desde las primeras páginas del libro (y que sí resulta pedante) y una portera extremadamente culta que intenta simular sus conocimientos para no romper los estereotipos de sus vecinos (y que sí resulta entrañable, quizá por la ternura que desprenden los personajes pobres frente a los ricos). Ambos personajes acabarán conociéndose gracias a la intervención de un tercero: el señor Ozu, un japonés que se convierte en el centro de los comentarios del elitista bloque de vecinos. Es un libro de reflexión, de cómo juzgamos a los demás y de cómo nos mostramos a veces por seguir la línea que creemos tener marcada.